Pavimentos antideslizantes
Los pavimentos antideslizantes son de obligado uso en aquellos lugares donde el riesgo de deslizamiento es alto y dónde existe peligro de caídas o resbalones a consecuencia, por ejemplo, de la humedad, agua o como consecuencia de que la superficie sea excesivamente lisa.
Un pavimento antideslizante tiene que ser capaz de evitar el deslizamiento. En cuanto a las técnicas para evitar los deslizamientos las soluciones son plurales: pavimentos rugosos, uso de películas de cuarzo o granulado metálico. Uno de los problemas de los pavimentos antideslizantes es que como son rugosos pueden presentar problemas a la hora de limpiarlos ya que pueden acumular una gran cantidad de gérmenes.
Las cualidades antideslizantes de un pavimento se consiguen por lo general mediante tratamientos físicos o químicos. El tratamiento físico se logra mediante la abrasión mecánica con lo que se logran texturas que evitan el deslizamiento; este tratamiento se suele utilizar en cerámica. El tratamiento con abrasivos aunque logran que el pavimento sea antideslizante acaban deteriorando el suelo.
La aplicación de productos químicos – habitualmente patentados – permite lograr suelos en los cuales el deslizamiento es prácticamente imposible. Alguno de ellos, como la lixivación, logra que se formen concavidades de gran tamaño o formas irregulares.
Hasta hace relativamente poco tiempo, la aplicación de productos químicos iba en detrimento del brillo del pavimento, pero de un tiempo a esta parte se ha logrado el desarrollo de productos químicos antideslizantes en los cuales el brillo de los pavimentos no se ve afectado. Estos nuevos químicos juegan con la porosidad del pavimento, ya que el producto químico rellena los poros de la estructura consiguiendo superficies que evitan el deslizamiento.
Fuente: Allstudies | Imagen: not happy
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