Los jóvenes barceloneses destinan más del 88% de su sueldo en la hipoteca.
La crisis inmobiliaria se está cebando con los españoles en general pero siempre hay sectores de la sociedad que por ser poblaciones frágiles, salen peor paradas en períodos difíciles. Estos son los jóvenes, los inmigrantes y las mujeres.
Las operaciones de compraventas en Cataluña han caído en más de un 43% en el primer semestre de este año respecto del año anterior y esto representa la cifra más alta de todas las comunidades españolas. No es de extrañar teniendo en cuenta la subida de precios de las viviendas en los últimos años en especial en Barcelona y la fuerte presencia de residencias secundarias en la comunidad catalana, sobretodo en las costas.
Esto perjudica considerablemente a las poblaciones con menor poder adquisitivo, en particular a los jóvenes quienes, en muchas ocasiones, se ven excluidos del circuito del mercado residencial.
La demanda ha caído en picado en Barcelona, la segunda ciudad más cara de toda España junto con San Sebastián. “La principal causa es que la vivienda es más cara y ha subido de forma más rápida, sobre todo en el área metropolitana de Barcelona” declaraba ayer el director del Master en Asesoría y Consultoría inmobiliaria de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos. Muchos pisos nuevos se quedan sin compradores y por otra parte más de la mitad de los hogares que se crean en realidad necesitan ayudas o directamente, no consiguen obtener préstamos.
A pesar de haber bajado los precios en pisos del área metropolitana, éstos no atraen ya que la demanda sigue situándose dentro de Barcelona y si hace falta, la gente se espera alquilando. Alquilando a precio de oro, por supuesto.
Los jóvenes lo tienen particularmente difícil para independizarse ya que si en el conjunto de España, un joven destina el 77% de su sueldo en la hipoteca de un piso, en Barcelona tiene que destinarle un abismal 88%. La proporción baja al 53% si se va a vivir con su pareja. Aun así, representa más de la mitad del sueldo. Por otra parte, las ayudas no son suficientes si se tiene presente que los precios del alquiler han subido.
Según el Consejo de Juventud, un joven de entre 18 y 24 años debería destinar la alucinante proporción de 102% de su sueldo en el piso. Teniendo en cuenta además que el 42% de los jóvenes ocupados de entre 25 y 29 años trabajan con contratos temporales, las expectativas de obtener vivienda para un joven menor de 35 años son mínimas. No porque el mercado de trabajo esté peor (aunque la crisis económica provoca un aumento del paro), ya que las condiciones no han variado mucho en los últimos años en cuanto a temporalidad y condiciones laborales, sino por lo que a la relación entre sueldos y mercado de vivienda se refiere.
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