Los inmigrantes y la morosidad

Jul 20 • Crisis inmobiliaria, Noticias, Urbanismo, vivienda • 2496 Views • 6 comentarios en Los inmigrantes y la morosidad

morosidad.JPGLa crisis está agravando la situación de las poblaciones más frágiles, véase los jóvenes y los inmigrantes instalados en España. En efecto, los extranjeros que se arriesgaron a pedir una hipoteca al final de la explosión inmobiliaria se ven ahora atrapados en una trampa de la que es difícil salir. La crisis inmobiliaria ahoga los hogares más humildes y la crisis económica ha provocado un aumento del paro, en concreto son 100.000 más desde principios de año, dentro de la población extranjera.
En un año la morosidad se ha duplicado y aunque los índices prevean un colchón suficiente para tapar las pérdidas que generan los impagados, la situación se está agravando y la banca teme pérdidas importantes ya que ha concedido el 60% de sus préstamos a las constructoras (representados por más de un billón de euros). Esto afecta sobre todo a las cajas de ahorro. Con la subida del Euribor (que se sitúa ahora por encima del 5,3%) muchas personas están viendo sus hipotecas dispararse y no tienen más remedio que dejar de pagar ya que los bancos no dejan dinero.

Los inmigrantes son una población frágil en este contexto ya que fueron los últimos en comprar vivienda durante el boom inmobiliario y se han visto en una trampa de doble salida. Compraron pues a precios muy altos y han visto la subida inmediata de los tipos de interés de sus préstamos. Si añadimos el hecho de que la crisis está destruyendo empleos y que esto va a seguir así por lo menos medio año más según fuentes del gobierno, pocas son las esperanzas de que se arregle el problema de los impagados.

Hace unos años, muchos extranjeros se arriesgaron a comprar un piso viendo que tenían trabajo estable (muchos dentro del sector de la construcción) y que podía ser el momento ya que el dinero estaba barato. Se decidieron a hipotecarse y vivir humildemente pero con la seguridad de tener un techo bajo el que vivir, ya que es lo que se establece como estabilidad: trabajo y techo. Pero numerosos son lo que hoy no ven la salida a sus deudas y ya no pueden pagar lo que les piden. Se arrepienten. Como la crisis afecta también a la economía, en muchos casos los extranjeros se están quedando sin trabajo, lo que concierne sobre todo a las personas que trabajan en el sector de la construcción.

El testimonio de Marlon Flor, un hombre ecuatoriano entrevistado para El País, representa uno de los muchos casos desesperados en la situación de los extranjeros que acumulan trabajos precarios y que están dispuestos literalmente a dejar su piso con tal de olvidarse de sus deudas. Marlon sobrevive a base de trabajar los fines de semana por 460€ al mes ya que se le acabó recientemente su contrato. Su mujer está en la misma situación. Hace unos años, teniendo trabajo estable los dos decidieron comprar un piso y pidieron un préstamo de 265.000€, lo cual representaba pagar mensualidades de 1.230€ y que hoy, con la subida del Euribor, han aumentado a 1.500€. La pareja ya no puede permitirse este gasto. En efecto con la crisis económica, el paro está aumentando y los contratos estables escasean, la mano de obra extranjera estaba muy presente en el sector de la construcción pero muchas personas han perdido su empleo y encontrar otro empleo no es tarea fácil.

Muchos inmigrantes se arrepienten de haberse metido en una espiral de la que es difícil salir, un gasto que ya no pueden asumir porque no tienen dinero ni expectativas de trabajo estable a la vista. La morosidad los convierte en protagonistas y muchos sueñan ya con marcharse a su país, libres de deudas.

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6 Responses to Los inmigrantes y la morosidad

  1. francesc dice:

    Si, los inmigrantes se han visto afectados, pero los españoles también lo estamos, y todos cobramos del mismo paro

  2. Edmundo Fuster dice:

    Los inmigrantes sin lugar a ninguna duda han sido carne de cañon para este experimento de subprime de entrecasa y al igual que muchos no inmigrantes compraron espejitos de colores, tal como los vendidos a los indios en tiempos de Colón.

    Esos espejitos son los que ahora no hay que permitir que nos pretendan ser vendidos aún cuando se les cambie el envoltorio.

    Cada día aparecen más intentos de incorporar en el inconsciente colectivo la necesidad de cargar sobre las espaldas de los trabajadores una parte abusiva y absolutamente desproporcionada del peso de la crisis.

    Del mismo modo que a finales del 2.007 no había día en que el tema de las caídas de empresas era moneda corriente, hoy hay que quitar la cizaña del trigo en la información y ver que se perfila entre tantos encuentros de libres pensadores y filósofos de la new age, post explosión subprime.

    Se organizan encuentros, congresos, seminarios, reuniones técnicas, presentaciones de estudios y todo cuanto evento de carácter pseudo científico sirva para ir introduciendo la idea de descargar en los únicos que carecen de posibilidad de gritos, la brasa ardiente de la orgía inmobiliaria-financiera.

    Seamos claros ¿cuántos concursos necesarios se han admitido impulsados por los trabajadores?

    Es así, como reconocidos intelectuales devenidos en lobbistas de quien sabe que intereses, no cesan de efectuar propuestas tendientes a la reducción del coste laboral incluyendo las recetas más tradicionales, ortodoxas y poco imaginativas, a las que cualquier observador no demasiado enterado puede intuir respecto de quienes serán los beneficiarios y quienes los perjudicados.

    Flexibilización salarial, Coseguros, reducción de indemnizaciones llevándolas a 12 días por año, según lo último que leí, aunque que no descarto que en poco tiempo algún otro audaz se atreva a proponer bajas aún mayores y porque no hasta eliminarlas por completo, aumento de la jornada laboral y cuanta genialidad la imaginación permita, obviamente respondiendo a su ideario, el cual espero que esté exento de cualquier influencia que pueda formar parte de su declaración de la renta.

    Este no es un tema menor, aunque falta la fresa del postre y considerando la sublimación del pensamiento reinante en el mundo globalizado no sería de extrañar que en algún momento se comenzara a plantear la retroactividad de las modificaciones, quizás hoy pueda parecer lindante con la locura pero a situaciones excepcionales (y esta lo es) propuestas también excepcionales.

    Con este planteo limítrofe con la paranoia podría llegar a conseguirse que las sentencias que se emitan en el futuro pudieran contener estos elementos preconciliares, esto no pasará ya que tiraría la seguridad jurídica a la basura, pero cuanta sugerencia asintótica exista o pueda ser imaginada no debe descartarse y obviamente estar lo suficientemente alertas, ya que uno nunca sabe por donde se la intentarán colar.

    Mientras tanto se ve, casi con sentido morboso, que día a día se anuncian nuevos planes de reducción de personal, con lo cual es dable pensar que todas las plantillas estuvieron sobredimensionadas, ya que si en el futuro inmediato todo se puede hacer de una forma que hasta hace poco no podía (en relación con la cantidad de trabajadores) será porque algunas empresas eran en realidad ONG y nadie se había enterado.

    No seria de descartar que en algún tiempo, los trabajadores con representación junto con aquellos que sólo se representan a si mismos y los que representándose a si mismos ya ni son trabajadores, se replantearan la situación y en forma mancomunada se expresaran en algún sentido.

    Da terror ver las cifras de despidos que se van planteando, cada vez se habla menos de cientos para ser en la actualidad de a miles y que nadie dude que esto traerá cola.

    Si crece la morosidad, como todo parece indicarlo, los bancos y cajas se quedarán con “alguna” propiedad, la cual seguramente la pondrán en el mercado y su objetivo ultimo será recuperar lo que en cada caso han prestado, ergo, se volcarán al mercado al precio de las hipotecas lo cual conllevará una baja de todos los demás, ya que así funciona el sistema.

    De todos modos si siguen con el grifo un poco cerrado será difícil comprar, con lo cual hasta que este círculo poco virtuoso no se corte habrá que esperar pocas nuevas promociones, pocos nuevos trabajos y poca reducción del paro, más bien todo lo contrario.

    Parece increíble, aunque no tanto, que las acumulaciones del pasado se mezquinen en el momento del pago de las indemnizaciones, único reaseguro que la gente tiene ante un esquema de libertad de mercado como el vigente en occidente, máxime cuando en épocas de vacas gordas el reparto no incluía a las plantillas, eso si que es capitalismo puro y duro.

    El sistema bipolar de ahora socializar las pérdidas y nunca los beneficios es poco ético y la posición de los sindicatos en este tema es definitoria, la no aceptación de la guantanamización de los derechos es un pilar de las relaciones, para la resolución de cualquier conflicto laboral y obviamente social.

    Quienes asumieron mayores riesgos lo hicieron en la búsqueda de mayores beneficios económicos, sociales o de cualquier otro tipo, pero no se me ocurre pensar que hayan sido guiados por un exacerbado espíritu filantrópico y de futuro distribucionista, con lo cual parece lógico que, si se dio vuelta la tortilla asuman sus responsabilidades como corresponde, sin distracciones ni picardías, máxime cuando algunos en la bonanza esquizoide no repararon en compromisos, tanto en el dar como en el pedir, o lo que es aún peor, la ambición desmedida los llevó a vivir en una nube irresponsable de la cual hoy se lamentan y arrastran al conjunto de la sociedad.

  3. Hiperico dice:

    Estuve currando en una empresa y una frase de un inmigrante me hizo ver la realidad. El inmigrante debía un montón de facturas a la empresa por su derroche y la frase que me dijo el inmigrante fue: -ahorita me voy a mi país y os dejo a todos con el culo al aire sin pagar.

    Los que de verdad perdemos somos los Españoles, no los pobrecitos de los extranjeros. Ellos solo pueden ganar y mejorar pero no perder: España al completo está así, hipotecada y sin salida. Quizás un inmigrante lo tenga hasta más fácil porque los hay que se van a sus países y dejan las deudas aquí en España colgadas. Y como en sus países no hay leyes de ningún tipo nadie los va a buscar para que paguen. En cambio los españoles lo tienen más crudo, tienen las deudas, tienen como avalista a los padres jubilados con una casa antigua… En definitiva que los «pobrecitos» no son los inmigrantes si no los españoles.

  4. Edmundo Fuster dice:

    Sin pretender erigirme en representante de los inmigrantes, ni mucho menos, creo que los conceptos vertidos por el preopinante son cuanto menos altamente preocupantes.

    Descarto de plano que esta no es la opinión generalizada de la sociedad española en su conjunto y que las opiniones pueden ser el producto de un análisis no muy minucioso de la realidad.

    Me consta, que una constructora valenciana subsidiaria de un grupo inmobiliario establecido en una comunidad del norte, hace casi 5 meses que no paga sus sueldos a la totalidad de sus trabajadores y cuyo propietario no es precisamente un inmigrante.

    Alcanza este caso, único (?) quizás tan único como el conocido por el del análisis que precede, para decir que ¿el empresariado del sector, de origen no inmigrante es todo igual? Definitivamente No.

    El “ahorita” me suena latinoamericano, de Brasil para arriba, ya que en el sur no se habla así y el dejar “con el culo al aire” me hace pensar en alguien que lleva tiempo en España, ya que esa frase es muy poco usada por los latinoamericanos, con lo cual si lleva tiempo, también sería bueno saber, como para entender de que estamos hablando, si el permiso de trabajo lo obtuvo por el efecto llamada o si lo consiguió presentando un bonobús. Como para ir acotando el tema.

    También el suponer que “… quizás un inmigrante lo tenga hasta más fácil porque los hay que se van a sus países y dejan las deudas aquí en España colgadas Y como en sus países no hay leyes de ningún tipo nadie los va a buscar para que paguen…” es un peligroso concepto, ya que no sólo se estaría presuponiendo que los inmigrantes son delincuentes, por su condición de no haber nacido en esta bendita tierra, sino que el mundo extracomunitario es un burdel, sin ley y sin orden y donde la gente aún se comunica con el burun- bumbúm de los tambores, en un concepto colindante con la xenofobia, con un desarrollado menosprecio respecto de la gente que viene de otros países y como diría el Tarufetti, y de los países también.

    Luego del proceso de “xenofobius tremens” sin solución de continuidad se da paso al victimización al sentenciar que: ” En cambio los españoles lo tienen más crudo, tienen las deudas, tienen como avalista a los padres jubilados con una casa antigua” si ese es el caso típico, quizás sería bueno replantearse si alguna cuota de responsabilidad no se tiene al haber solicitado préstamos hipotecarios requiriendo el aval de los padres jubilados, si los bancos no percibían que ese solicitante al menor conflicto engrosaría la lista de morosos (¿hipotecas subprime?, ¡olé!) y si el sistema en su conjunto no falló en alguna parte a través del tiempo, ya que de otro modo parece no entenderse como se llega a esta situación.

    Mientras que se sigan buscando chivos expiatorios (inmigrantes, bancos, gobiernos, publicidad, etc.) sin asumir una autocrítica seria, prudente, coherente y realista y de ser cierto y difundido el tema de jubilados avalistas, cada día será más negocio la construcción de geriátricos (como se dice en la otra orilla del Atlántico) o de residencias para la tercera edad, en su traducción más españolizada, porque más de uno quizás deba irse a vivir debajo de un puente, pero eso sí, yendo a la urbanización del hijo, algún domingo de verano para disfrutar de la piscina.

    Para finalizar, no creo que: “En definitiva que los «pobrecitos» no son los inmigrantes si no los españoles”, sino que son y serán los inmigrantes y los españoles que aún no hayan entendido la situación, que no entiendan que es lo que se debe hacer, que no entiendan como se ha llegado a esto y que crean que este “problemita” se solucionará pronto y que sólo los va a afectar en el pago de la hipoteca.

    Como se diría a otro lado del charco: se acabó el tiempo de tirar manteca al techo, es hora de enterarse.

  5. Edmundo Fuster dice:

    Error:

    En mi comentario (4) donde dice

    Descarto de plano que esta no es la opinión generalizada de la sociedad española en su conjunto y que las opiniones pueden ser el producto de un análisis no muy minucioso de la realidad

    Debe decir:

    Descarto de plano que esta es la opinión generalizada de la sociedad española en su conjunto y que las opiniones pueden ser el producto de un análisis no muy minucioso de la realidad.

    Pido disculpas, se me pasó.

  6. andreoviedo dice:

    quiero saber si se puede salir de de españa por un mes sin problemas por hipotacas impagadas

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