La reformulación de los elementos del Estado mediante el tránsito del Territorio al Suelo (segunda y última parte: base práctica para una reestructuración del Estado)
Técnico de Urbanismo de la Administración Local
La Ordenación del Suelo, hemos visto anteriormente, es un concepto de trabajo preferible al de Ordenación del Territorio ya que establece implícitamente una renuncia del Estado tradicional a su potestad exclusiva sobre el Territorio, así pues, un Suelo transnacional permitiría la agrupación de territorios como lo que es realmente en sí: una masa de suelo cuyas fronteras son artificiales. Tomando en consideración esta artificiosidad podemos colegir que el Suelo no tiene límites sino los que el mismo Suelo se impone para sí. La Ordenación del Suelo no respondería así a límites municipales, nacionales o administrativos de cualquier orden y así la Ordenación que se hiciera en él no respondería a patrones de necesidad falsamente creada por las fronteras político-administrativas. La única Ordenación del Suelo posible es la que atendiera a criterios de necesidad física, así, se ordenaría territorialmente en relación a los ríos, a las montañas y a los mares, a los lagos y páramos que la propia naturaleza en su sabía Ordenación del Suelo nos ofrece.
El planteamiento que se ofrece aquí no es de la reformulación del Estado contra el propio Estado, esto es, no queremos desde aquí que se destruya el concepto de nación clásica para la creación de una Pangea política sino que lo que se ofrece desde aquí es una propuesta para la Ordenación eficiente del Suelo. Una visión transnacional de la Ordenación del Suelo solventaría grandes problemas energéticos e inmensos problemas de abastecimiento de alimentos, por ejemplo.
La Omniordenación Posturbanística del Suelo que será necesario acordar debe comenzar a verse como una realidad. Las plusvalías que genera la acción urbanística, gran motor económico en muchos estados, debe evolucionar hacia una generación de plusvalías relacionadas con la optimización de los recursos existentes en el Suelo: construir donde debe construirse, establecer los tejidos industriales donde sea óptimo hacerlo y extraer maderas y óleos donde sea racional. Todas las acciones racionales tienden a la optimización de recursos, por ende a la creación de beneficios mayores y consecuentemente se llega a la paradoja de que renunciando a unas plusvalías vacías a largo plazo, como son las generadas por la acción urbanística, se llega a la obtención de otro tipo de plusvalías generadoras de capital social, esto es, humano, racional y sostenible.
El Estado debe reformularse para la propia supervivencia del Estado. El Estado está desequilibrado y como sistema no tiene futuro posible en las actuales condiciones. Se impone una adaptación al ambiente. Una de las sinergias que el Estado necesita es el del tránsito en cuanto a su formulación clásica: Territorio, Población y Soberanía son conceptos caducos.
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5 Responses to La reformulación de los elementos del Estado mediante el tránsito del Territorio al Suelo (segunda y última parte: base práctica para una reestructuración del Estado)
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Soy pesimista respecto a la abdicación del Estado sobre el territorio, pese a que describes un modelo racional abocado a un continente obsoleto. Los déficits de todo tipo no suelen ser buenos amigos de las cesiones de soberanía.
PD: El Suelo es del viento…
zapatero dixit y nosotros, bueno, YO, lider de la liga.
recuerda: cr9 no es un mañoño
Y…¿Quién marcará esos «índices» de racionalidad?
¿El Urbanismo? ¿La Ordenación del Territorio? esta entendida como actividad urbanística a mayor escala…o las mismas plusvalías que generen estas actividades «racionalizadas».
Un saludo
el madridismo esta de luto por la eliminacion, son todos culpables menos yo. he marcado gol, como siempre, deberia irme a otro equipo que este a mi altura
mañana ire al diario de patricia a contar mis penas, pero que conste que yo siempre meto gol.
recuerda: cr9 no es un mañoño
Comparto la idea que subyace al artículo (la necesidad de ordenar el suelo de modo global) porque parte de una realidad indiscutible: el suelo en el que se asienta cada país no es una especie de isla totalmente desconectada del resto de islas…no se trata de un archipiélago de suelos… es un solo suelo que pertenece al mismo planeta que llamamos Tierra, es un patrimonio de la humanidad. Y en la medida que se trata de una unidad no puede ser ordenada (o más bien desordenada) como si no lo fuera… no podemos seguir mirando aisladamente cada país sino que debemos ser concientes del todo y pensar en una ordenación no de 5, 10 ó 50 años sino en una ordenación que garantice la vida de las futuras generaciones que nos sucederán, que proteja la vida presente y futura sin solución de continuidad… sin embargo aquel orden racional al que aspiramos necesita no solo del trabajo de la disciplina urbanística sino de la integración de los saberes necesarios para ordenar y ordenarnos a un mundo más humano para con nosotros y con nuestros hijos…