La obsesión de los españoles por comprar vivienda…¿el gran error de nuestra vida?
El artículo 47 de la Constitución Española define como derecho de todo ciudadano, el disfrute de una vivienda digna y adecuada. A pesar de ello, y de la vigencia de esta normativa fundamental desde 1978, la realidad del ciudadano español que en la última década ha deseado emanciparse, seguro que nada tenía que ver con lo allí dispuesto.
Por ello la ONU, actuando de manera poco habitual, ha instado al Gobierno a intervenir en el mercado, pues considera que la obsesión española por adquirir morada en propiedad y la especulación, han hecho de la vivienda no un derecho, sino un mero bien de consumo, lo que se convierte en algo muy peligroso para los estratos más desfavorecidos de la población.
El organismo acaba de realizar un informe sobre el que denominan “caos” urbanístico español, cuyo máximo responsable es Miloon Kothari, relator especial de Naciones Unidas para la vivienda, que presentaron el lunes ante representantes del Ejecutivo en la asamblea del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra.
En él se expone la contradictoria dicotomía instaurada en el mercado urbanístico español, en el que por un lado existe escasez de oportunidades para alquilar, miles de casas vacías o especulación y por otro, ayudas públicas eficaces o un sistema de Vivienda de Protección Oficial mucho mejor organizado que en otros países comunitarios.
Las peticiones básicas que se le hacen al Gobierno español son, en primer lugar, la intervención y regularización para conseguir un descenso de precios tanto de inmuebles como de terrenos y en segundo lugar, la mayor penalización de la especulación y la discriminación xenófoba.
Kothari se encontró con un panorama bastante desolador tras su visita a España en 2006 y determinó que una de las causas principales del mal funcionamiento del mercado era, precisamente, la tendencia española hacia la adquisición de la vivienda en propiedad, operación en que los compradores dejaban el 40% de sus ingresos medios, cosa imposible de hallar en otros países europeos.
Este fenómeno español de la fiebre propietaria, se explica uniendo variables de tipo económicas, sociológicas y psicológicas, imposibles de exponer ahora por su extensión, pero que podrían resumirse en aquel enunciado tan nacional que seguro han escuchado: “Total, para pagar casi lo mismo que un alquiler, compro y por lo menos el piso es mío”. Sin embargo, esta evidencia tan lógica para nosotros no lo es de igual manera en Europa, donde el 38% vive en alquiler, frente al uno de cada diez españoles.
La solución ideal existe y ha venido siendo propuesta por expertos y políticos: aumentar el parque de vivienda social para inquilinos. El problema es que todos proponen pero ningún gobierno termina de definir, lo cual ha hecho que la oferta pública haya llegado a representar a día de hoy tan sólo el 1% del total, mientras que en Europa oscila alrededor del 18%.
Expertos como José García Montalvo, catedrático de economía de la universidad Pompeu Fabra, creen que las medidas dirigidas a facilitar el alquiler establecidas por el Gobierno son buenas, pero hay que tener cuidado, pues el exceso de subvención pública en un mercado en el que existe poca oferta de pisos en alquiler, puede conllevar una subida de los precios.
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