La izquierda ibicenca congela 13 urbanizaciones en Ibiza para declararlos terrenos rústicos
Un total de 400 hectáreas bloqueadas por la norma en nombre del medioambiente. La paralización de las 13 urbanizaciones en Ibiza llega tras una moratoria que pretende impedir el urbanismo salvaje y el menosprecio de las normas medioambientales que afectan a la isla. No sólo se congelan proyectos sino también obras ya empezadas.
Éste es el caso de 120 viviendas en el litoral de Punta Pedrera, así como de varios edificios promovidos en Santa Eulalia sobre un terreno de más de 73 hectáreas y que invadían el Cap Llibrell y el Cap Martinet.
A proximidad de Santa Eulalia, se encuentra Roca Llisa en la que un propietario protestaba “es un disparate bloquear las licencias en Roca Llisa, la crema de las urbanizaciones en Ibiza, y convertir sus parcelas en rústicas”. Su terreno de 22.000 metros cuadrados le costó 850.000€. Hoy su valor ha descendido a 6.000€.
Sin embargo, el impulsor de la norma Miquel Ramón, consejero del Territorio de Izquierda unida, afirma que es necesario bloquear estos proyectos ya que perjudican el valor ecológico de la isla. Por otra parte se construye en suelos sin infraestructuras lo que afecta directamente a las Administraciones. La moratoria impide pues construir en zonas donde no haya infraestructuras tales como agua, luz o calles con aceras.
Ibiza que cuenta con una extensión de 570 km cuadrados y una densidad de población de 114.000 habitantes (según fuentes del INE de 2006), ha conocido un desarrollo urbanístico impresionante desde los años 60. En efecto, a raíz de la expansión turística de masas Ibiza se ha convertido en un símbolo de las “vacaciones paradisíacas” para todas las edades. Prueba de ello es el paisaje que ofrece hoy la isla, grandes hoteles y complejos turísticos, edificios alto standing para acoger a turismo de élite, un puerto cargado de yates y barcos. Desde la punta del puerto, se aprecian las barreras de hormigón que invaden una isla que en su momento fue símbolo de la cultura hippie.
No es de extrañar pues, que la norma se justifique por su voluntad de toma de conciencia social y ecológica. Ibiza no tiene espacio ilimitado y el paisaje debe ser preservado ya que más de 85 km cuadrados forman parte de Patrimonio de la Humanidad (“Ibiza, Biodiversidad y Cultura”) declarado por la UNESCO en 1999, es decir una combinación de naturaleza y cultura a preservar.
Sin embargo, este argumento que parece obvio, parece ser objeto de debate político. La Izquierda ibicenca acusa a la antigua legislatura del PP de cometer atrocidades urbanísticas y en ocasiones ilegales. Por su parte, la oposición acusa a la izquierda de bloquear la construcción y de dejar sin trabajo a centenares de personas, en boca de Pedro Palau, consejero portavoz del PP “vendrá una parálisis de la construcción lo cual agravará la crisis aumentando las especulación”.
Miquel Ramón ha declarado que si existen indemnizaciones, será por decisión del tribunal, y bajo la responsabilidad del Gobierno balear. De momento, según el Consell, lo importante es que la norma “supone una auténtica toma de conciencia de la dimensión ambiental y ecológica”. Estará por ver si se sigue el ejemplo en otras zonas del litoral de la Península.
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