La ciudad vividera
Hoy empezamos con un artículo del Arquitecto y profesor de la Universidad de Sevilla D. Jose Ramón Moreno .
El artículo habla de urbanismo, de arquitectura, de planeamiento aplicado a los criterios que tanto defendemos de ciudad compacta, sostenible y habitable.
Entendemos que las propuestas que aquí se esbozan deben matizarse y profundizarse…para ello ya tendremos ocasión de seguir las conferencias de la ciudad viva.
Parecería anacrónico hablar a estas alturas del siglo XXI de ciudad vividera, tan confiado hemos estados los ciudadanos europeos de la segunda parte del siglo XX en unas ciudades que nos aseguraban unas condiciones políticas de habitabilidad en las que convergía ciudad, ciudadanos e identidad.
Sin embargo, la última década del siglo XX y los años transcurridos del XXI, han concluido con un acabamiento de esa ciudad moderna y nos ha insertado en un proceso de cristalización del soporte vacío en el que se ha convertido su sofisticada infraestructura, que comienza a dar cobijo lentamente o de manera más acelerada-de manos de extraños protagonistas a una muy distinta ocupación de sus vacías instalaciones.
Registrado socialmente el impacto de una tercera globalización – globalización saturada-a través de la progresiva desterritorialización de sus escenarios existenciales, agotada la capacidad de una habitabilidad suministrada por el Estado del Bienestar, es necesario preguntarse y proyectar las condiciones para una habitabilidad alternativa que responda al mandato común de la ecología y de un nuevo sistema de inmunidad individualizado.
Desde esta perspectiva, la ciudad actual aparece como un soporte funcional e infraestructural sofisticado que ha sido distorsionado por usos imprevistos, ocupado alternativamente en su espacialidad e incapaz de reaccionar desde su dinámica interna con una significación alternativa. La exteriorización a la que ha sido sometida –ciudades puertos-obliga a una apertura de lugares ajenos a sus necesidades internas, capaces de dar alojo fuertes dinámicas venidas de lejos, pertenecientes a otras lógicas e intereses.
Áreas marginales, cambios de población, zonas vaciadas de actividad, nuevas ocupaciones, necesidades funcionales o representativas imprevistas, dinamización o diseminación de sus centralidades y otras componentes más caracterizarían una obsolescencia de las estructuras territoriales en las que la ciudad se inserta. Estas estructuras están a su vez sometidas a dinámicas productivas, sociales y políticas traídas por agentes económicos o financieros con caracterizaciones propias, ajenas a la configuración de las mismas y confrontada con sus signos de identidad.
En una escalón inferior se encuentran los síntomas que definen un malestar genérico del habitante, generado por la disfuncionalidad introducida por la no coincidencia entre lugar y existencia, acrecentada por la propia condición alternativa de una habitabilidad que se quiere múltiple y dispersa. Recipiente y existencia son ahora los extremos desde los queimaginar acoplamientos alternativos capaces de sanar ese malestar.
No puede sorprender desde estas consideraciones una alternativa que busca imaginar una ciudad vividera, en la que sea la vida -como lugar para una convergencia de las demandas ecológicas y la creación de nuevos sistemas de inmunidad-el hilo conductor sobre el que se articule unas políticas diferentes . Sobre la que se vuelquen propuestas alternativas en la consideración de la vivienda en la ciudad o en el territorio, en el tratamiento productivo y social de sus propios enclaves y en un nuevo pacto social por el uso y el disfrute de la vida urbana. Algo parecido a lo que quiere imaginar el próximo Seminario La ciudad viva que el próximo mes de Enero se celebrará en Sevilla.
Related Posts
One Response to La ciudad vividera
Deja una respuesta
« Ereaga acaba siguiendo los pasos de Llanera Residente en Sagunt de origen chino, compra 27.000 metros cuadrados de terreno tras su expropiación por la CHJ »
La verdad es que la idea es bastante buena, aunque veo dificil que se haga realidad ….