Hacia la ciudad del futuro
Un reciente encuentro auspiciado por la IE School of Arquitecture and Design ha intentado desvelar cuál será la tónica en las ciudades del siglo XXI, que ante todo serán una ciudades inteligentes y conectadas. Deben de ser las administraciones públicas las que marquen las reglas del juego para que después sea la iniciativa privada la que desarrolle los proyectos arquitectónicos, urbanísticos e inmobiliarios
El siglo XXI trae aparejado una reflexión sobre lo que debe de ser el futuro de las ciudades. Agotado un modelo que tuvo su vigencia en el siglo XX, factores como el cambio climático, las nuevas tecnologías que son capaces de implementar la ciudad inteligente y la participación ciudadana en decisiones que les incumben hacen que el esquema de ciudad cambie.
El nuevo concepto de ciudad del siglo XXI ha sido el tema de debate en “La ciudad del mañana”, un simposio que ha reunido en IE University con la concurrencia del IE School of Arquitecture and Design y en el que han participado urbanistas, arquitectos y promotores inmobiliarios.
Tal como subraya Flavio Tejada, director asociado de infraestructuras y urbanismo de ARUP, es ahora cuando se está desarrollando la revolución urbana más importante desde hace muchas décadas, debido, entre otras causas, al envejecimiento de la población en los países desarrollados.
También las ciudades del siglo XXI pecan que, aunque nacen con vocación de eternidad sus activos inmobiliarios tienen fecha de caducidad desde el mismo momento en el que se construyen. Esta reflexión es del Simon Smithson, socio del estudio de arquitectura de Rogers Stirk Harbour + Partners (RSHP).
La ponencia de Alfonso Benavides, presidente del Urban Land Institute España (ULI) versó sobre el uso responsable del suelo urbano, que se debe de desarrollar a tres niveles: primero las instituciones públicas deben de fijar los objetivos a largo plazo para posteriormente pasar a que en el medio plazo se aprueben normativas urbanísticas flexibles adaptadas a los cambios tecnológicos.
Por último y tras esa normativa fijada por las administraciones públicas debe de ser la iniciativa privada la que, con sus proyectos urbanísticos, cambien la faz de las ciudades con sus proyectos arquitectónicos y urbanísticos, para lo cual el sector inmobiliario se debería de transformar en algo dúctil, alejado de la esclerosis en la cual lleva aposentado muchas décadas.
Fuente: El Mundo | Imagen: Joi Ito
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