Claves de la arquitectura para el siglo XXI
En este comienzo de año 2010, en vez de echar la vista atrás, y como decía el poeta, ver la senda que ya nunca se volverá a cruzar, hagamos un pequeño ejercicio de prospectiva y veamos hacia dónde nos llevará la arquitectura de las viviendas del siglo XXI. Dos son los polos que determinarán la arquitectura del siglo XXI: el calentamiento global y las energías renovables.
Si hacemos un poco de historia dentro de la arquitectura veremos que la función primordial de los arquitectos de todas las épocas ha sido que las construcciones que han diseñado se adaptan a las necesidades ambientales que existen en el marco geográfico en dónde se han erigido estas.
En cuanto a las condiciones ambientales, el calentamiento global será una de las que se produzcan durante este nuevo siglo. Las edificaciones tendrán que hacerse permeables a las nuevas condiciones geográficas y de meteorología: habrá que hacer frente a una subida de dos grados en la temperatura del planeta tierra, las cuencas hidrográficas se desbordarán y anegarán muchas tierras que ahora no están sumergidas. Las recomendaciones del ministerio de Fomento de España presentan un germen de lo que serán las viviendas bioclimáticas.
El calentamiento global, aunque por el resultado de la última cumbre de Copenhage parezca lo contrario, también tendrá su incidencia en los materiales con los cuales se construirán las edificaciones y los estándares energéticos que tendrán que cumplir. Las construcciones y la arquitectura se intentará que sean autosuficientes energéticamente, para lo cual se utilizarán soluciones que traigan aparejadas la utilización de fuentes renovables de energía: biomasa, energía solar, energía térmica, mayor eficiencia en las instalaciones energéticas.
La predominancia de las construcciones que utilicen energías renovables para satisfacer sus necesidades energéticas también hará que varié el aspecto de los asentamientos humanos, como pueblos y ciudades. No será extraño ver las azoteas llenas de paneles solares ni los muros recubiertos de vegetación que regule la sensación térmica en el interior de los edificios.
Fuente: Arqhys | Imagen: Dominic’s pics
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