Carrefour cierra su filial inmobiliaria
Tras cinco años, en que la multinacional ha luchado por hacerse un hueco en el sector más codiciado en nuestro país durante la última década, su filial, Inmobiliaria Carrefour, ha dado por finalizada su aventura y está cerrando sus puertas para siempre.
La incursión de los supermercados en el mundo del ladrillo se inició en 2001, cuando el Corte Inglés anunció su entrada al haberse aliado con Ferrovial. Le siguieron otros de semejante tamaño como Eroski, que además vendía automóviles junto con Alcampo.
Pero estas irrupciones en terreno ajeno no han salido bien, ni en el caso de los coches, en que el problema residía en la necesidad final de pasar por concesionario, es decir, la falta de liberalización del mercado, ni en el caso de los inmuebles, heridos de muerte por la crisis.
Por ello, Carrefour ya anunció en palabras de su consejero delegado en España, Gilles Petit, y en rueda de prensa, que se estaba estudiando la posibilidad de zanjar definitivamente esta actividad llevada a cabo por el Grupo, puesto que no esperaban tener problemas excesivos por ello.
Por comenzar, sólo hay abiertos en el país diez oficinas, cuyo número no llegó a ampliarse debido a que nunca se cubrieron las expectativas financieras que se esperaban de ellas, y el riesgo que se asumía con la venta de los pisos era mínima, pues actuaban como meros intermediarios.
El hipermercado se inició como inmobiliaria en julio de 2003, cuando abrió su primer punto de venta en Alcobendas (Madrid), y en el cuasi lustro en que ha permanecido en funcionamiento ha tenido presencia en seis Comunidades Autónomas, gestionando en la actualidad ofertas de obra nueva en ocho.
El socio mayoritario de la inmobiliaria, con un 70% del total, era el Grupo Carrefour, mientras que el 30% restante era (y de momento sigue siendo) propiedad de Roan, empresa dedicada a la consultoría e intermediación en el mercado inmobiliario.
Los beneficios de la sociedad en 2006 fueron de 224.813 Euros, cantidad que se destinó a cubrir perdidas de años anteriores, y los ingresos de explotación de 1,76 millones.
Entre sus colaboradores se encontraban Metrovacesa, Lubasa, Lar, Premier e incluso Llanera hasta que ésta se declarara en suspensión de pagos el pasado año. Aunque la deuda de Llanera con Carrefour no era excesivamente alta, quedó pendiente de cobro.
Según fuentes del sector, la sociedad ya se encuentra en operaciones de cancelación de los contratos con dichas promotoras.
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