Artículo de opinión. La especulación: una pesadilla para la democracia
Con este titular aparecía ayer publicado un artículo de la profesora Carme Massana que trata, de una forma directa y sin rodeos, el vicio que supone la especulación para la salud de la sociedad y de sus operadores a todos los niveles.
Desde el rechazo que Europa ha demostrado a nuestro sistema legislativo en materia de urbanismo “La Eurocámara ha condenado de forma reiterada el urbanismo salvaje llevado a cabo en España” hasta la trascendencia de las ultimas elecciones autonómicas “Protagonistas (personas y gobiernos locales) de algunos de los mayores escándalos urbanísticos aflorados en los últimos años y meses fueron elegidos o reelegidos en las últimas elecciones democráticas municipales, y continúan formando parte del poder público local.” Son temas comentados en este articulo de opinión.
También se plantean preguntas que merecen respuesta, tales como:
Y ¿por qué este mercado es especulativo? Porque la propia naturaleza de los bienes urbanos -escasos y duraderos- ofrece al capital la posibilidad de comprar, acumular y retener terrenos y edificaciones, aumentando su escasez y su precio, en mercados como el español, con una demanda creciente de viviendas en las concentraciones urbanas, en áreas de segundas residencias y en zonas turísticas. Los especuladores tratan, además, de obtener rentabilidades extraordinarias de sus inversiones influyendo en los gobiernos que dictan o aplican las normativas respecto al uso del suelo, a la construcción de viviendas y a los planes de urbanismo. Pretenden que adapten dichas normativas a sus intereses o que simplemente toleren su no cumplimiento. Y lo han conseguido en demasiadas ocasiones, dado que la construcción supone ingresos para los ayuntamientos y que la avaricia de algunos alcaldes, ediles o funcionarios ha originado comportamientos corruptos.
…
Pero ¿por qué una parte demasiado importante de la sociedad española tolera aún la especulación urbana? Primero: La escasez de viviendas asequibles ha motivado un continuo aumento de la compra de viviendas, tendencia favorecida por los bajos tipos de interés habidos en los últimos años. Estos propietarios-usuarios estiman positiva la revalorización de sus casas, aunque muchos sean, también, conscientes de que vender significaría quedarse sin techo y tener que migrar. Segundo: El pequeño ahorrador ha invertido a menudo en el mercado inmobiliario buscando seguridad y rentabilidad; para él ha sido también positivo el aumento de precios. Tercero: El sector de la construcción ha sido uno de los puntales del elevado y continuado crecimiento económico; ha creado riqueza y empleo. Casi todos, ciudadanos y administraciones públicas, temen que este sector entre en recesión, hecho muy visible en municipios pequeños donde la construcción y rehabilitación de viviendas es la principal actividad económica. Y vemos que el caciquismo, personificado en forma de promotores inmobiliarios, vuelve a imponerse en varios de estos municipios.
Como conclusión plantea medidas correctoras, negociadas, legislación efectiva y recursos económicos y materiales a las administraciones competentes.
Creo que no debemos llevarnos a error, este artículo no aporta ninguna medida novedosa o argumento no esgrimido hasta el momento que desvele la solución a este problema, pero lo que si realiza, y de una forma muy clara, es la exposición sin ataduras de los problemas del urbanismo corrupto…. se puede decir mas alto, pero no mas claro.
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Fuente: ElPais.com
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