Sevilla: El Gran Pollo de la Alameda. Cómo nació, creció y se resiste a ser comido

Feb 3 •

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GAS* : El pasado viernes 11 de Enero se presentó en el CSA La Fabrika de Cádiz, el libro "El Gran Pollo de la Alameda. Cómo nació, creció y se resiste a ser comido. Una docena de años de lucha social en el barrio de la Alameda, Sevilla". Un proyecto editorial colectivo puesto en marcha por distintas gentes del barrio de la Alameda de Hércules (Sevilla) que narra de manera plural los procesos de transformación urbanística y recambio poblacional vinculados a la especulación inmobiliaria que vienen dándose en este territorio y del movimiento ciudadano de base que se genero a raíz de este fenómeno.

El libro relata desde dentro las luchas y resistencias a lo largo de los 10-12 últimos años.
A continuación la entrevista realizada a Mª Jose Romero y Santiago Barber del Consejo de Redacción y Editorial.

GAS- ¿Cuáles fueron las causas que os motivaron a elaborar este material?

Bueno, en primer lugar aclarar que este es un libro colectivo, donde participan 120 personas/colectivos, tanto escribiendo como aportando imágenes. Todo este material se ha concretado y sistematizado por un consejo de redacción de 17 personas que finalmente ha venido a dar formar al libro.

La ofensiva inmobiliaria ha venido arrollando Sevilla, como a tantas otras ciudades, con especial desenfreno desde el inicio de la década de los 90, al auspicio de las políticas neoliberales. Esto ha traído nefastas consecuencias para el tejido social (especialmente en los sectores más desfavorecidos) que habita las zonas urbanas de interés para el asentamiento de los capitales transnacionales. Paralelo a este proceso, y a causa de ello, surge un cuestionamiento y una rebeldía que da forma a una multitud de iniciativas que se suceden e incrementan en el tiempo.

Llega un momento en el que empieza a circular la necesidad de poner, pensar y colectivizar lo que hemos vivido como comunidad que habita un territorio, un barrio en este caso, tanto en relación a las propias prácticas políticas que se han puesto en marcha como a los cambios acaecidos en este entorno en los últimos años. Todo esto, esta especie de construcción de sentido colectivo y responsabilidad por la historia común se alían con nuestras ganas y el potencial político que vislumbrábamos a la hora de desarrollar un proceso tan inusual como este.

El camino emprendido nos brindó la oportunidad del aprendizaje a través de la autocrítica, del rescate de la memoria en pro de la generación de una historia polifónica, y el reto metodológico de la construcción colectiva al acecho del dominio; tanto de la autoridad externa y reconocible, como del interno por lo inconsciente de nuestros mecanismos de censura y poder verticales.


GAS- ¿Hitos históricos como la caída del muro de Berlín o la instauración de la Expo del 92 condicionaron la vida cotidiana de Sevilla?

Por supuesto, el primero atañe a las relaciones políticas internacionales que, no andan en ningún universo paralelo, sino que disponen, desde ámbitos de poder determinados las cotidianeidades locales. En concreto, la hegemonía neoliberal tardo-capitalista –ahora globalización- trajo consigo una nueva ola de desencanto a causa de la victoria imperial de la unidimensionalidad ideológica, que hubo de remontarse en primera instancia anímicamente; pero además esto no sucede en vacío sino que se polemiza en el día a día mediante diques restrictivos en los que has de buscar las grietas, que las tiene, y claro…, arreglártelas para sostener una calidad de vida a la que no estás dispuestx a renunciar. Comienzan a aparecer las primeras ETTs y el inicio de metamorfosis de asalariadxs a autónomxs, el desmantelamiento de las formas productivas ya consolidadas que se orientaban hacia un bienestarismo de tercera, junto con el aumento paulatino de la cesta de la compra, la llegada ya masiva de turistas y la cantinela de la búsqueda activa del empleo… y de aparcamiento.

Con respecto al 92 las consecuencias para Sevilla fueron determinantes tanto en la nueva interpretación urbanística que trae consigo como en el lugar que pretende situarse como ciudad-marca. A golpe de talonario y en un espacio de tiempo record, sin planificación y ni mucho menos participación social, a la ciudad se la quiere dotar, de forma espectacular y escenográfica, lo que antes se le había negado tras un abandono de décadas.

GAS- ¿Qué factores entraron en juego como para que se produjera este tipo de movimientos autónomos en la ciudad?

Tal vez resulta fundamental la contigüidad sincrónica de las vidas de este barrio, en el que se ha creado una comunidad de adherencia vecinal abierta a la movilidad. Consciente además de su situación en uno u otros ámbitos, y que tiene una capacidad intersubjetiva de comunicación alegre, dispuesta por el uso y disfrute de los espacios comunes. Nos conocemos y nos tenemos aprecio, y hemos diluido las fronteras entre lo público y lo privado a través de la espontaneidad de lo cotidiano; y por supuesto, la indignación ante la saturación de la impunidad de los acosos y derribos. También las mismas prácticas llevadas a cabo, que independientemente de los resultados, te permiten pasártelo bien con lxs demás mientras las llevas a cabo, jugando al ensayo y error de forma divertida, mientras se va generando una familiaridad cordial.

GAS- En el trayecto de las luchas que emergieron en el barrio, ¿Cuáles fueron las bases de organización y comunicación entre lxs vecinxs y el resto de la ciudad (población, instituciones, medios de comunicación)? ¿Alguna anécdota o experiencia destacable?.

Bueno, habría que matizar que las luchas de las que se habla en el libro resultan de una amalgama de confluencias que raras veces se da en una asociación o colectivo vecinal al uso. Estamos hablando de un espacio político-social difuso que pretende constituirse a medida que avanza y que trata de ser lo más permeable posible. Por lo tanto el marco organizativo ha ido variando y en sus momentos de máxima efervescencia y actividad, cuando se están poniendo en cuestión políticas o planes concretos, se enunciaba como Plataforma (Plataforma contra el aparcamiento bajo la alameda o Plataforma Alamedaviva posteriormente), utilizado en su sentido más flexible, como confluencia de afinidades ante una coyuntura concreta.

El trabajo de difusión e contagio se concibe como una corriente, algo que se proyecta a distintos niveles. El hacer cotidiano de las redes se expande en el barrio generando empatías y también conflictos, es el incidir del día a día. Un territorio donde los agentes que viven y construyen con su cultura y su lucha los pocos espacios que le son permitidos pueden construir coloquio y confrontar posturas. Este es un valor de esfera pública que hay que seguir asentando y que apuesta por democratizar radicalmente las relaciones, las impuestas y las por construir. De esa forma se puede empezar a poner en práctica cierta tensión con las Instituciones Políticas y las Administraciones, a las que se les fuerza a considerar las dinámicas sociales como interlocutores.

No ha habido, tampoco, un proceso de ósmosis entre otros ámbitos públicos, como la institución académica o instituciones de gestión de lo cultural, que ejercen de espaldas a la realidad que experimentan los agentes sociales activos. La tarea a reinventar es situarles ante la tensión de la que forman parte y que promueven pasivamente con maquillada asepsia.

Algo que en el libro se evidencia es el trayecto del papel que juega la comunicación como recurso y apropiación de un espacio enunciativo. No estamos hablando de información unidireccional, sino de todo despliegue posible del que podemos hacer uso en un medio poblado de representación inocua y del cual se puede hacer un uso táctico que disrumpa en la meseta espectacular de lo políticamente corregido.

Un pequeño guiño en este sentido puede ser la ocupación del actual Centro Vecinal Pumarejo. Aprovechando unas Jornadas sobre el Patrimonio, promovidas por la Plataforma por la Casa Pumarejo, un responsable municipal de la Gerencia de Urbanismo invitado sonreía frente a los medios de comunicación allá congregados. Y no dejó de sonreir mientras, a su pesar, era conducido por lxs organizadores al interior del local recién okupado, limpio y en condiciones de acoger las Jornadas. El empoderamiento colectivo no conoce límites…

GAS-¿Pensáis que con el libro aportáis un instrumento pedagógico y accesible para el barrio?

Ese es uno de los objetivos clave. Por esa razón la disposición de los contenidos y la estructura final del libro, en cualquiera de sus páginas abiertas al azar, te permite la posibilidad de sentirte cercano y contagiarte del acontecimiento al presentarse en forma de breves relatos. En un tiempo mínimo te permite empatizar. Esta integración se facilita también por la combinación entre texto e imagen, un modo ameno de comunicar desdibujando los moldes asumidos y las categorías de emisor-receptor.

Otras decisiones editoriales que inciden en este sentido son: el material se ha distribuido gratuitamente a colectivos, centros sociales y gentes que operan en el entorno, estando al alcance de muchxs; el precio de venta es de 18€, inferior a su valor de impresión; lxs autorxs no cobran y el dinero obtenido, a fecha de hoy con superávit, será destinado a bienes comunales; su carácter coral ya es garantía de amplitud de lecturas y por lo tanto de reapropiaciones autónomas

Y a nivel de contenidos estamos hablando de reactivación de la memoria que al documentar el despliegue de estrategias, acciones, imaginarios permite dar trascendencia a las formas de autoorganización social a la vez que hacer autocrítica y desde abajo. Todo eso forma parte también de una pedagogía de la construccion horizontal emancipatoria.

Teniendo en cuenta que el barrio es la gente que lo habita y la movilidad actual a la que nos vemos vinculadxs ya hemos recibido muestras de su utilidad aportadas por el uso que del él hacen lxs recién llegadxs. Además, como manual de consulta en bastantes ocasiones hace las veces de guía para fechas, cambios en el trazado urbano…etc.

GAS-¿Cuál es la realidad actual del barrio?

Seguimos en proceso de gentrificación bastante avanzado, se ha tematizado como Alameda bohemian-chic, aunque se está enfriando el termostato inmobiliario. Ya aparecen muchos carteles de alquiler, y venta pero el incremento de los precios producido en los últimos años no remite, ni visos. Es un barrio bastante más caro, en el que la vida –cafelito, tostá ,tapas, cervecita….el mercao…pan - ha subido el más del doble en los últimos años.

La administración puso en marcha hace cuatro años un mal llamado proceso de participación, inocuo, burocrático y nada participativo en las formas y en su desarrollo. Este acabó formalizando una rehabilitación integral del paseo tal como hoy lo conocemos. Aún no hay bancos- de los de sentarse- en la Alameda, y el uso y disfrute de la calle se ve atacado ahora por una "ordenanza cívica" que transgrede derechos constitucionales y garantías hasta ahora pactadamente inalienables.

Por otra parte esa comunidad de la que hablábamos antes, hace del barrio un laboratorio de prácticas cada vez más consolidado por la confianza y el conocimiento mutuo, tanto de los límites como de las aperturas. Hay acumulación, autoestima colectiva y la gente se sabe capaz de hacer finta a las situaciones adversas que se nos plantean.

GAS- Después de dos años de trabajo colectivo ¿Qué reflexión habéis sacado y cuáles son vuestros próximos proyectos?

Con respecto al trabajo colectivo ha sido muy ilustrativo de las posibilidades no transitadas habitualmente en las relaciones horizontales, además de constituir un reflejo nada desdeñable de la creación de habilidades compartidas ante situaciones nuevas.

Cuando nos constituimos como consejo, siempre estuvo presente lo efímero de su arquitectura, es algo que forma parte de las potencialidades nómadas; aunque sí que jugamos a un segundo ejercicio algunxs de lxs miembrxs del consejo e inauguramos el Cas –centro de las artes de Sevilla- con el Tinglao del Gran Pollo de la Alamda: Instalache autoaviográfico del deseo perturbador; un trabajo procesual que duró unos 3 meses de coahabitaje divergente en una institución cultural.

Partimos de redes que aspiran a trabajar de una manea cooperativa para generar una tenencia comunal de nuestros saberes y medios, donde no existe la autoría como posesión sino, como redistribución. El hecho de propiciar prácticas horizontales de reflexión sale al encuentro de la fragmentación del conocimiento y por tanto de nuestras vidas, visualizando las fisuras correspondientes a cada campo, minimizando la censura y ampliando las virtualidades comunes. Este proceso autoconstituyente es revelador de las zonas oscuras de esa parcelación, tanto de las adquiridas o heredadas por la aplicación de los artilugios del miedo; como de las potenciadas por la seducción de las prebendas del aura.

Como consejo de redacción no tenemos proyectos próximos, no somos un colectivo clausurado ni inalterable, aunque nos une más que unos buenos vinos y ratos compartidos habitualmente, que no es poco. Lxs integrantes del consejo seguimos siendo vecinxs y politizando juntxs en diversidad de proyectos y enredos varios, pero nuestro nexo es más amplio que el habernos constituido transitoriamente en consejo durante un lapso intencional de nuestras vidas para esta tarea concreta.



La distribución y venta de El gran Pollo corre a cargo de la librería La Fuga, en Sevilla. La distribución corre a cargo de Traficantes de Sueños en Madrid y Virus en Cataluña y se está en proceso de concertar otras distribuidoras en el resto del Estado.

En la web podréis encontrar a vuestra disposición los contenidos del libro en formato pdf:
http://www.elgranpollodelaalameda.net/






* Grupo de Acción Social - GAS - 02/02/2008
Foto: Sevilla, el gran pollo de la Alameda - redasociativa.org


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