5 claves sobre la intermodalidad para impulsar la movilidad urbana sostenible
• 1032 Views • No hay comentarios en 5 claves sobre la intermodalidad para impulsar la movilidad urbana sostenible- Integración física: los espacios de intercambio tienen que facilitar la transferencia entre los diferentes modos de transporte, con recorridos cortos, claros, legibles y que incorporen guiados diseñados con criterios de accesibilidad universal. Siempre que sea posible, es preferible que los espacios de intercambio permitan que las esperas, aunque sean mínimas, se hagan con protección de los usuarios respecto a la intemperie y las condiciones climáticas. Es decir, que se realicen en estaciones o intercambiadores. Por supuesto, una vez se “sale” del espacio público, hay que cuidar los accesos a la estación o intercambiador, la señalética de los recorridos, etc. En definitiva hay que hacer que los trayectos entre los modos de transporte se realicen de la manera más rápida y cómoda posible.
- Integración de la planificación y la operación: la planificación del transporte debe recaer sobre entidades metropolitanas. Éstas, deben realizar una planificación de forma única e integral, estudiar la demanda de viajeros para establecer la oferta de transporte, coordinar a los operadores para una correcta prestación de los servicios (rutas, horarios, periodos de coincidencia para minimizar las esperas en los trasbordos, etc) y establecer la tarifa (aunque ésta no siempre sigue criterios de política de transportes sino un óptimo social). El objetivo es el de alcanzar una armonización entre la planificación más elevada y la operación. Por eso, los mejores ejemplos de la planificación del transporte los encontramos en Alemania, donde por lo general el ente planificador y operador es el mismo o existe una gran relación entre ellos.
- Integración de imagen y de información: la imagen del sistema de transporte de una región debe diseñarse de manera que todo él se interprete como una unidad, integrado bajo una misma marca. Por ejemplo que los autobuses tengan un mismo color, los metros un mismo modelo o que los mapas sean únicos e incluyan todos los modos de transporte. Cuando el tratamiento de la información y la imagen es homogénea, el mayor beneficiado es el usuario. Se trata, por tanto, de generar un relato coherente y único, y por supuesto accesible. Un gran ejemplo de esto último es el uso de ColorADD en el transporte público de Oporto.
- Integración tarifaria: una buena intermodalidad exige la existencia de unas tarifas claras y los soportes sean los mismos para todos los medios de transporte, de modo que no se penalice el trasbordo. El mejor ejemplo de integración tarifaria lo encontramos en Londres gracias al empleo de la tarjeta Oyster, los lectores NFC y la posibilidad de pagar directamente con tarjetas de crédito contactless. Este último sistema, completamente novedoso, posibilita un sistema de postpago que prioriza las tarifas que más se adaptan a las pautas de movilidad de cada persona, aplicando al final del periodo de uso, la tarifa más ventajosa para el usuario.
- Integración modal: por último, pero no por ello más importante, es imprescindible planificar la red teniendo en cuenta qué modo de transporte es más eficiente para cada eslabón de la cadena de viajes. Por ejemplo, en las zonas más densas interesa contar con medios de alta capacidad, mientras que en los tejidos menos densos hay que optar por modos más flexibles y con mayor capilaridad. El reto está en que esto exige sí o sí que haya trasbordos en los espacios intermedios en los cuales hay que aplicar los puntos descritos en los puntos anteriores.
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