En defensa del Urbanismo real: El fantasma del Urbanismo o como pasar de ser un enemigo de la clase trabajadora hijo de la especulación a algo inexistente
Raúl Lucas Iglesias
Urbanista
El Urbanismo ha protagonizado una de las paradojas del coletazo final del siglo XX y del nacimiento del siglo XXI. Ha pasado de ser el gran enemigo del pueblo llano, de nosotros, pobres y paupérrimos vasallos sociales, a ser algo diluido en la misma sociedad. El Urbanismo, se pensaba, y se piensa hoy día, es la construcción de pisos en erales de las afueras de las conurbaciones españolas. La venta de pisos que ha enriquecido a miles y empobrecido por sus consecuencias hipotecarias a cientos de miles ha pasado de ser el gran demonio de la España del PP, a un elemento a evitar en la crisis española del PSOE. ¿Qué ha hecho que desaparezca del panorama social esta figura? ¿La bajada de precios, el resto de acuciantes problemas, la ingeniería electoral de los partidos que ha extraído de la agenda-setting el input del Urbanismo?
Una cosa esta clara, el Urbanismo no se reduce a la construcción de Seseñas o a Ayuntamientos marbellíes. Durante unos años se ha asociado al Urbanismo la idea de corrupción generalizada, como si fuera el Demiurgo de la corruptela político-administrativa. El Urbanismo, en su aspecto meramente inmobiliario, representaba millones de euros por mediana promoción que se hiciera y decenas de millones de euros por gran promoción, fuera residencial o industrial. Esas cantidades económicas y esas plusvalías exageradas son las creadoras de la corrupción. El ladrillo generaba dinero, y era el dinero el multiplicador del mal, no el ladrillo en sí. Jacob compró la primogenitura de su hermano Esaú por un plato de lentejas (Génesis 25:34) con la connivencia materna y no había ladrillo de por medio. Debemos tener en cuenta la naturaleza corrupta del humano al realizar juicios contra el Urbanismo. Ya sostenía Aristóteles que el ser humano piensa que es más beneficioso para sí mismo el incumplir la ley en lugar de cumplirla, más de 2000 años lleva lloviendo desde esa sentencia aristotélica. ¿Qué culpa tiene el ladrillo entonces?
Se puede pensar en términos del Urbanismo como construcción vertical exagerada, con forma de caja de navidad de 25 quilos en despacho de alcaldía, pero yo prefiero pensarlo en términos de construcción horizontal en los lindes de un río de una Fabela de Brasil que logra deshabitar el propio lecho del río y salvar vidas en la crecida fluvial del otoño, ese es el Urbanismo real, el alejado de la cuestión inmobiliaria, y el que desde aquí queremos y debemos reivindicar. El de un Urbanismo que ayude a avanzar a la sociedad y no únicamente la enriquezca económicamente.
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3 Responses to En defensa del Urbanismo real: El fantasma del Urbanismo o como pasar de ser un enemigo de la clase trabajadora hijo de la especulación a algo inexistente
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Un fantástico ejemplo de aquella colonización de las esferas que preconizó Luhmann, la economía secuestra el urbanismo, como, por ejemplo, la política puede adentrarse en los terrenos del derecho.
WOW,realmente ese es el urbanismo real,lo que se hace en Brasil en las fabelas,salvar vidas agruparlas de manera armoniosa con todos los sevicios no tirarlos a su suerte como sucedio en Bolivia en la decada del ’70,despues de la crecida del rio Pirai,el Plan 3000,los pusieron ahi para que vivan como puedan,abrieron calles y sevicios? ni uno,ahora es un barrio muy poblado podriamos llamarlo un villorio,su gente peleo y exigio servicios minimos y hoy lo tienen,nosotros podemos empezar con panos de equipamientos para darle abrigo y bienestar a los futuros vivientes de esa zona de esa manera se ayuda a que la sociedad avance y no se enriquezcan algunos grupos politicos.Perdonen pero la politica no tiene trabajo en Arquitectura y Urbanismo,estan todos despedidos.
Me ha gustado la frase «la economia seguestra al urbanismo»… si se hunde la economia el urbanismo se va con ella. Estoy muy de acuerdo con el articulo y la función del urbanismo «l que ayude a avanzar a la sociedad y no únicamente la enriquezca económicamente».