EL URBANISMO Y EL HUMANISMO (SEGUNDA PARTE: SOLUCIONES MORFOLOGICAS)
Es fácil la crítica a los modelos existentes, de hecho, criticar es simple y satisfactorio, le da a uno un halo de rebeldía, inconformismo e inteligencia, una pose vital que muchos desean para sí mismos. Para criticar constructivamente, cosa que nosotros intentamos desde aquí, hay que aportar soluciones, hoy, llevaremos a buen puerto esta tarea con la exposición de un caso ejemplarizante para el urbanismo de las grandes urbes: Copenhague y su morfología urbana.
En Copenhague hubo hace ya décadas se ideó el conocido como el Plan de los Cinco Dedos. Este plan preveía un crecimiento de la ciudad ordenado y en plena convivencia de la ciudad, así, los ensanches de la ciudad debían intercalarse con lenguas verdes de vegetación que por una parte oxigenan la ciudad y por otra permiten el ocio de la ciudadanía en el verde natural que rodea la ciudad. Todo ello permite que el cuerpo social de la urbe no se desnaturalice en el sentido de adquirir involuntariamente un extrañamiento respecto de lo natural.
Los crecimientos de la ciudad que se han producido en el último tercio del siglo XX en occidente, han obedecido a la transformación de la ciudad clásica en la malversación de la idea de ciudad lineal. La ciudad lineal, idealización del progreso técnico (ciudad limpia, domótica, postindustrial y postmaterial), en el pensamiento arquitectónico de Hilberseimer, supone un retraso en la plenitud del hombre como un todo humano pues la ciudad lineal desnaturaliza el componente animal del hombre como ser viviente. El hombre al elevarse a la categoría de idea por medio del desligamiento con lo natural, pierde el sentido de su existencia como ser.
La idea urbanística de Copenhague en su Plan de los Cinco Dedos, aúna la ciudad limpia, cívica y civilizada de Hilberseimer con el afán por no perder la esencia natural del espíritu humano. Intercalar la naturaleza con urbe es tan fácil como eficaz y es una medida que aumenta en muchos enteros la calidad de vida en las correspondientes ciudades. La necesidad del verde se hace por lo tanto evidente, siendo mucho más eficaz la distribución de esas zonas verdes en pequeños espacios que en grandes parques centrales (léase Parque del retiro en Madrid, Central Park en Nueva York o Tiergarten en Berlín, con la salvedad de que este último combina con eficacia el gran parque central con la zona verde).
Copenhague se revela así, como un ejemplo de como una morfología adecuada de la ciudad puede contribuir a la realización de lo humano.
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Parece que con un esfuerzo a nivel de planificación se puede conseguir, como demuestra el ejemplo de Copenhague, alternar diversas comodidades con desarrollos naturales en las urbes en lugar de segregar los espacios y aislarlos según sus funciones, tal como es visible en tantos ordenamientos especulativos e improvisados.
Buena tarde me conecto con este articulo ya que son las preguntas actuales que venimos realizando desde algunos proyectos en la linea de investigacion de Sustentabildad ambiental territorial, en particular sobre el tema de los cerros tutelares como espacios publicos verdes aportantes de la sustentabildiad de las ciudades con un alto incremento de crecimiento urbano, como es Medellin.
Paloma Sobrini, decana del Colegio de Arquitectos de Madrid, habla en una entrevista del modelo de urbanismo que hay en Madrid, de la crisis de los pau y de la frialdad con que se diseñaron los pau. el link: http://www.idealista.com/news/archivo/2009/09/15/0101407-sobrini-idea-tener-vivienda-vida-es-estupidez
Creo firmemente en la realización, o mejor aun, materialización de un Urbanismo de calidad. Aunque en nuestro país no se ha tenido en cuenta aspectos como los que se ponen de manifiesto en el artículo y, sinceramente, no se pondrán.
La explicación a tan severa y rotunda manifestación viene apoyada por la especial idiosincrasia del sistema urbanístico reinante en España. Mientras que en los países mencionados se pone encima de la mesa como una actividad pública, en el nuestro se deja todo el proceso en manos de agentes privados y con unas garantías del 90% de las plusvalías generadas por la actividad transformadora.
Ante este panorama poco margen queda para las buenas intenciones y los justos deseos de aquellos quienes pretenden la consecución de una vida con más calidad.
[…] parte (Teoría y problemática) Segunda parte (Soluciones […]