El crecimiento de España irá más a la baja de lo previsto por el Gobierno según la OCDE
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con sede en París y del que forman parte 30 países miembros, las previsiones para el crecimiento español en 2008 y 2009 no serán tan optimistas como ha venido asegurando el Gobierno.
Éste organismo, encargado del análisis del desarrollo económico de sus miembros, presentó hace unos días su último Economic Outlook, en el que afirma que el PIB español se desacelerará en 2008 hasta el 2,5%, es decir, 1,3 puntos menos que el presente año.
La previsión oficial del Gobierno, que se debe a sus propias estadísticas y datos y que se proyectó en los Presupuestos Generales del Estado, auguraba sólo un descenso de cinco décimas, hasta un 3,3% para el período anual venidero.
Por lo visto, el Gobierno se ha quedado solo en su optimismo, dado que la opinión de la OCDE es también compartida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya revisó a la baja el crecimiento español, dejándolo en un 2,7%.
Además, el dato barajado por el FMI, es el suscrito por la mayoría de los entendidos en la materia: la Comisión Europea, la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) y la gran parte de las empresas de servicios de estudios privados.
El rápido crecimiento español de los últimos tiempos, fue posible gracias a tres sectores concretos de la economía, el empleo, el consumo privado y el mercado inmobiliario y son precisamente ellos, sobre todo el fin del auge urbanístico, los que ahora están causando la ralentización de la economía nacional.
A pesar de ello, la OCDE considera que el impacto ocasionado por la crisis del sector de la vivienda no ha sido mayor debido en parte al buen momento que viven las exportaciones, que compensa en buena medida las previsiones a la baja que se esperan para las importaciones. El organismo intergubernamental también considera que, el buen colchón demográfico que tiene el país (debido a la ingente cantidad de inmigración de los últimos años), y las cantidades destinadas a inversión pública, frenarán también en parte dicha desaceleración.
Eso sí, advierte que España debería reducir el nivel de inflación al ritmo de la desaceleración de la demanda interna, practicar una política fiscal prudente, acorde al cambio de ciclo económico, hacer más flexible el mercado laboral y abrirse más comercialmente. Por ende, creen que es necesario mantener estable al sector inmobiliario, pues los problemas en este mercado podrían ser nefastos y llevar al endurecimiento de las condiciones crediticias, lo que resultaría otro punto desfavorable para nuestra economía.
El vicepresidente económico, Pedro Solbes, afirma que la desaceleración económica no es perjudicial si se logra conseguir con ello un equilibrio hacia un mercado donde la demanda interna y la externa sean equiparables, como no ocurría hasta ahora pues la demanda interna era ampliamente superior.
Otro dato interesante radica aquí en que España no es un caso aislado, sino que Japón, EEUU y toda la zona Euro también está sufriendo de desaceleración económica.
Cabe matizar que EEUU, se encuentra en este sentido mejor posicionado que la UE, a pesar de su reciente crisis hipotecaria, dado que su crecimiento sólo se verá afectado en dos décimas respecto a este año, frente a los ocho décimas de menos en la que se verán mermados los países de la Unión.
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