Corrupción en el mundo: se suspende la Ciudad de la Música de Río de Janeiro.
Eduardo Paes, nuevo alcalde de Río de Janeiro, ha paralizado en plena obra la “Ciudad de la Música”, un enorme complejo destinado al ocio y la cultura que pretendía ser la mejor sala de conciertos de América Latina.
Para justificar esta desconcertante decisión, Paes declaró en inicio que «no se puede gastar más dinero de forma irresponsable. Millones fueron invertidos ya en esta Ciudad de la Música».
Se refería a la gestión realizada por su predecesor, César Maia, que inició el proyecto con una voracidad inmensa, gastando cientos de millones de dólares y haciendo trabajar a centenares de obreros que se turnaron día y noche para acabar la colosal edificación cuanto antes.
Según todos aquellos que criticaron la obra desde su inicio, al principio se afirmó que el gasto se estimaba en 34 millones de dólares, pero en tan sólo 6 años se han invertido (sin haber siquiera acabado con el complejo), 220 millones de dólares de las arcas públicas.
Nada más empezar su gestión, lo primero que hizo Paes fue firmar un decreto que «suspende la ejecución de los contratos y el pago de las obras e instaura una auditoría de cuatro meses sobre los contratos».
Así según sus declaraciones, la Hacienda Pública se ahorrará unos 646 millones de dólares con esta medida, en base a sus cálculos, que les vendrán muy bien para afrontar la crisis financiera global.
El proyecto de este moderno complejo se inició en el año 2002, siendo su autor el arquitecto francés Christian de Portzamparc, ganador del premio Pritzker 1994, máximo galardón que se puede otorgar a un profesional en el ámbito de la arquitectura a nivel mundial.
El inicio de su construcción se realizó en terrenos de Barra de Tijuca, zona al oeste de Río y el 27 de diciembre pasado, la Ciudad de la Música ya fue inaugurada a bombo y platillo por César Maia a pesar de no estar terminada.
Ya desde que esta construcción fuese planteada recibió duras críticas, sobre todo respecto a la falta de transparencia de sus impulsores a la hora de llevarlo a cabo y acerca de la opacidad de las cuentas y de todo el coste.
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