Arquitectura con gusto a cerveza
P. Vázquez
Algunos artículos atrás hablábamos sobre el cambio de uso que están sufriendo algunas iglesias a lo largo de la geografía española (recordando…). Parece que siempre acompaña cierto atractivo, y a veces polémica, al hecho de que un edificio que tradicionalmente ha albergado una determinada función, en un momento dado pase a ser escenario de unos modos de habitarlo completamente distintos.
Hoy voy a detenerme en la rehabilitación del patrimonio arquitectónico industrial, más concretamente en las fábricas de cerveza. Y dentro de éstas, el protagonista va a ser uno de sus elementos característicos: los silos.
Estos enormes almacenes de cebada con frecuencia están formados por cilindros verticales que se unen entre sí para formar piezas de gran fuerza plástica. En este artículo se van a comentar dos ejemplos de rehabilitación de silos que, a partir de esa coincidencia inicial, poco tienen que ver entre sí, tanto geográficamente como en relación al uso final al que van a ser destinados los espacios resultantes. Es precisamente esta diversidad la que muestra por una parte las tendencias rehabilitadoras del patrimonio, y por otra las múltiples posibilidades que se pueden ofrecer.
España. Madrid. Fábrica de cervezas “El Águila”. El complejo fue inaugurado a finales de 2002 según el proyecto de rehabilitación de los arquitectos Tuñón y Mansilla para convertirlo en la Biblioteca y Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.
Nuestro objeto de atención, el grupo de silos, se integra con los nuevos edificios albergando una función sorprendentemente similar a la antigua, pero con un significado completamente renovado. Los cilindros siguen siendo almacenes, pero ya no de cebada, sino de libros. De esta manera, la rotunda volumetría de los silos podría leerse como un monumento a la cultura.
Ecuador. Guayaquil. Fábrica de la “Cervecería Nacional” (foto encabezado del artículo). Este sector, en la orilla del río Guayas, se encuadra dentro del proceso de regeneración urbana que se está desarrollando en la mayor ciudad del país. La intención es crear un área residencial y de ocio de alto nivel (Puerto de Santa Ana) a imagen de Puerto Madero (Buenos Aires). Dentro de esta idea los antiguos silos quedan exentos como un edificio residencial más. Se ha pensado un proyecto en el que los volúmenes cilíndricos son ocupados por peculiares apartamentos. Con estas premisas la imagen final nada tiene que ver con la de la biblioteca madrileña, puesto que la verticalidad de los volúmenes se ve perforada una y otra vez para permitir la respiración de los apartamentos, creándose así una imagen final “domesticada” que pierde algo de atractivo en relación a las expectativas que uno podría tener a nivel puramente estético.
Pero, una vez más, el interés de estos proyectos trasciende su estética para plantear cuestiones de actualidad. Más allá de que exista intención o no, abordan el tema de la sostenibilidad al reutilizar los edificios existentes en lugar de la fácil solución de demolición y cuenta nueva, permitiendo al mismo tiempo que la memoria del lugar siga presente y aportando soluciones arquitectónicas sorprendentes a partir de un simple cambio de uso. A grandes retos, grandes propuestas.
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